Se acabó lo que se daba.

Como cada año comienza el curso escolar y con ello, en mi caso, la vuelta al horario de invierno quedándome a comer en el trabajo. Desde que me independicé nos hemos ido apañando bastante bien con las comidas encargándonos de cocinar el uno o el otro cuando hemos estado de vacaciones (algo bueno tendría que tener no coincidir en las vacaciones ni un día) o preparando alguna cosa cuando hemos trabajado, pero a partir de ahora toca organizarse mejor, preparar menús equilibrados y que puedan dejarse listos el día de antes aunque los tuper de mi madre nos ayudan y mucho. Dentro de un tiempo os contaré si lo hemos conseguido. 

Es momento de centrarse y volver a la rutina pero también de intentar encontrar momentos de relajación y diversión para llevar lo mejor posible todos los madrugones, comidas, enfados y quebraderos de cabeza. Por mi lado, pondré todo de mi parte para llevarlo lo mejor posible. 

Como cada septiembre, para no perder la tradición, he estado una semana resfriada por culpa de cambios de tiempo, aires acondicionados y demás problemas que conlleva dormir mal porque me cuesta respirar, un poquito más dura esta primera semana de curso...

Como contrapartida, he empezado a compartir coche con varios compañeros. Es una forma de ahorrar gasolina a la vez que voy acompañada al trabajo. Espero que la cosa funcione bien.

Me ha quedado una entrada algo pesimista. Se podría decir que contrasta con la anterior que resumía todo el mes de agosto, pero no siempre se puede escribir todo bonito, no? Animo a los que comenzáis algo este curso escolar (estudios, cursos, idiomas, trabajo…) y a los que no, más animo aun, nunca dejéis de luchar por lo que queréis.

Nos vemos pronto. Buen septiembre.