¿Habéis
pensado alguna vez en que podríais hacer algo pero no lo hacéis por vagueza,
pereza o simplemente no os apetece? Y además, sabes que el día que digas de
hacerlo saldrá bien, es decir, que si te lo propones no tendrás problema (e
incluso puede que te guste) en sacarlo adelante.
Puede
que ocurra, por ejemplo, con ver alguna película, sacarte el permiso de
conducir, patinar o visitar algún lugar.
Esa
sensación la he tenido yo siempre con la cocina. Nunca me ha llamado la
atención cocinar, ni aprender a hacerlo, aunque sabía que alguna vez llegaría
el momento y no me preocupaba ya que se que una buena alimentación es muy
importante.
Ahora
ha llegado el momento, desde que me independicé estoy en el tránsito entre
alimentarme con comida de mi madre, con la que hace mi chico y con la que yo
voy aprendiendo a hacer. Las dos semanas que he estado de vacaciones han sido
el empujón definitivo para ponerme entre fogones y hacer platos tan básicos
como ensaladilla rusa o patatas fritas hasta algunas algo más complejas como
alitas de pollo o burritos.
Aun
me queda mucho por aprender, días de ensayo-error, recetas que practicar,
llamadas a mi madre, platos sosos o salsas extrañas que al final me harán una
buena cocinera, al menos me conformo con una cocinera que se defienda entre
fogones.
¿Y
a vosotros? ¿Os ha ocurrido esto con alguna cosa?
PD:
Sigo sin internet en casa. Lo siento, pero no estoy leyendo vuestros blogs…
Esa sensación a mi me pasa constantemente, desgraciadamente no soy como tú y aunque practique las cosas nunca me salen mejor...
ResponderEliminarAdelante...y siempre con receta en mano...y el teléfono para llamar a alguien que te rescate del desastre por si ocurre...jeje....besoooosss
ResponderEliminar